BOCHICA, GRAN MAESTRO DE LOS MUISCAS

MITOLOGÍA MUISCA  (Colombia)    

Relato tomado de la tradición oral del pueblo muisca. Región cundiboyacence,  Colombia  
                 
     
       

BOCHICA, GRAN MAESTRO DE LOS MUISCAS

Por: Nataly Ramos, Conocimientos antiguos.

Cuentan algunos relatos transmitidos por generaciones hasta nuestros días, que Bochica llegó a la Sabana por el oriente, por el poblado de Pasca. Pasando luego a Bosa. Apareció en el reino muisca montado sobre un animal desconocido para sus aterrados habitantes. La descripción es similar a la de un camello.
En algunos de los relatos, Bochica dejó como recuerdo de su paso por la Sabana uno de los huesos el animal. Es bien conocida la apariencia de los nativos del altiplano cundiboyacence. Baja estatura, lampiños y de piel morena. Bochica era ciertamente distinto, lo describían como un anciano alto, con la piel blanca, de ojos claros y con una abundante barba. Dicen también, que usaba una larga túnica que llegaba hasta sus pies.


Bochica llegó a enseñar normas básicas de convivencia y leyes a los indígenas. A no robar, no matar ni mentir. También les enseñó a tejer, a cultivar la tierra, a construir casas y fabricar ollas de barro.
Cuentan que al salir de cada pueblo, él dibujaba telares en piedras lisas. Se dice que aún quedan vestigios de esas ilustraciones en ciertos lugares del altiplano.

Un día, luego de enseñar a los hombres todo su conocimiento Bochica desapareció cerca al río de Sogamoso, esperando que los hombres respetaran y siguieran las normas, pero entre ellos surgió la codicia, lo que enfureció a Chibchacum, quien era la máxima deidad muisca. Él entonces decidió inundar la Sabana para destruir a quienes lo habían ofendido, nada más y nada menos que con un diluvio. Crecieron tanto las aguas del valle, que los indígenas ya no tenían alimento ni sustento.

Llenos de miedo, los nativos recordaron a su maestro y clamaron por ayuda.
Era tanto el amor de Bochica por su gente, que arrojó su bastón de oro al Tequendama rompiendo las rocas para que el agua fluyera lejos de la sabana. Así se creó el salto del Tequendama.

Bochica desapareció nuevamente, pero dejando un recuerdo a su pueblo para que no olvidaran todas sus enseñanzas. Creó entonces el arco iris, como un pacto de paz entre él y los nativos.

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