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Mostrando entradas de septiembre, 2015

Morir para Vivir Para Siempre: Las Razones Ocultas tras la Auto-Momificación

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Morir para Vivir Para Siempre: Las Razones Ocultas tras la Auto-Momificación Sunada Tetsu (1768-1829) fue sin lugar a dudas el hombre más famoso que jamás se haya auto-momificado con éxito. En sus primeros años de vida, sin embargo, no se sentía muy atraído por la vida religiosa. Amó a una prostituta en Akagawa, el distrito del placer de la ciudad de Tsuruoka, y aunque los detalles del incidente no están claros, un día luchó con dos samurais por la muchacha. Ellos desenvainaron sus espadas y él los mató. Para escapar a un posible castigo, que hubiera sido la muerte, huyó al Templo de Churen en Oaminaka. Allí abrazó la fe Shugendo y se convirtió en un asceta. Su severo entrenamiento sirvió de inspiración a otras gentes con ideas afines, que le siguieron. Recorrían Japón, reparando templos y construyendo puentes, y ayudaban en todo lo que podían. Una enfermedad ocular estaba provocando la ceguera a la gente de Edo (la moderna Tokyo), y Tetsu carecía de los medios materiales pa

El Diluvio Universal – Evidencia Científica

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El Diluvio Universal – Evidencia Científica Numerosos mitos y leyendas provenientes de todo el mundo hacen referencia al diluvio universal. Incluso algunas historias hablan de más de un diluvio afligiendo a la humanidad, pero el común denominador entre prácticamente todos, es que los 'dioses' los usaban para castigar la desobediencia, la inmoralidad, la codicia y otras formas de la corrupción humana. La ciencia, por otra parte, ha estado intentando racionalizar estos eventos, buscando una verificación de los desastres naturales que podrían haber sido interpretados como "actos de los dioses". El diluvio universal es uno de los temas de investigación. Por el momento, existen dos teorías predominantes acerca de la historia bíblica del Arca de Noé y el diluvio universal. La más popular es la inundación del Mar Negro. Esta teoría fue propuesta inicialmente en 1990 por dos  científicos  de la Universidad de Columbia, William Ryan y Walter Pitman. Los arqueólo